Brotes Verdes
Hoy voy a hablar de los brotes verdes, pero no precisamente de los adornos que ponemos a los platos en los restaurantes, sino del nuevo fenómeno que nos están contando a todas horas que se supone estamos viviendo, pero que no vemos por ningún lado.
Además de que nos lo tenemos que creer porque nos lo dicen a todas horas en los medios de comunicación, está pasando otra cosa, y es que ya no comentamos ni reconocemos cuál es la situación del sector o la de nuestros negocios, por vergüenza a ser los únicos que nos hayamos quedado rezagados, y por temor a ser señalados con el dedo acusador del ‘no crecimiento’.
Como ya he dicho en otras ocasiones, no soy la típica hostelera quejica, ni tampoco una entendida en economía, pero vengo observando algo muy curioso últimamente, y es que los hosteleros ya no se quejan, ya no hablan abiertamente de cómo van sus negocios, ni de las previsiones de futuro… Y no es porque la situación haya cambiado demasiado, ya que seguimos teniendo los mismos problemas, seguimos viendo cómo nuestros familiares y amigos siguen sin encontrar trabajo y continúan en el paro, seguimos padeciendo leyes y ordenanzas poco favorecedoras para salir adelante, seguimos sufriendo, por ejemplo, situaciones muy complicadas de negocios que tienen que despedir a parte del equipo que habían contratado para la temporada de verano por falta de clientes o debido al mal tiempo…
Y no hablamos ya de ello, por temor a quedar como los más malos, malísimos empresarios, como los últimos de la fila del sector, como los tontos del bote que no saben gestionar de manera adecuada sus negocios, como los que no saben hacer las cosas para que sus negocios crezcan y se recuperen como nos dicen lo está haciendo la economía…
Vamos, que si no creces y en tu empresa no se dan los brotes verdes o al menos reconoces públicamente que tu negocio va mejor, eres un mindundi de tres al cuarto… ¡Qué país!
Me gustaba más la crisis en la época de los lamentos colectivos, por lo menos sabías a qué atenerte… Ahora es todo más falso y artificial, algo así como poner a los platos, germinados y florecitas de plástico de los chinos.