Profesión de segunda

Estoy cansada ya de la falta de respeto que se le tiene a esta mi profesión.

Cuando vamos a comprar unos calcetines, no nos planteamos si la goma está bien rematada, o el algodón es de mil hilos, ni si el dependiente que nos atiende nos sonríe lo suficiente, o si nos mete los calcetines en una bolsa de papel reciclado, o si nos va a dar de regalo un pañuelo para los mocos. Ni tampoco si el empresario de la tienda de calcetines tiene explotado o mal pagado al dependiente.

Pero la cosa cambia mucho si vamos a un bar a tomar una caña, o un vino.

La copa de cristal tiene que ser la adecuada, la bebida a temperatura perfecta.

El camarero que nos sirve sonriente y siempre de buen humor. La tapa por supuesto que no falte, y el mismo precio del bar de al lado porque si no, no vuelvo…

Y la rueda de la falta de respeto y consideración la hacemos girar todos nosotros, clientes, trabajadores, y empresarios, ya que culturalmente tenemos gravado una creencia totalmente errónea, y es que la profesión de dependiente de calcetines, o de gestor de tiendas de calcetines, es mucho más digna que la de camarero o la de empresario de hostelería, esto es así.

Estoy cansada de no tener derecho a nada más que a quedarme con cara de tonta cuando un camarero que lleva 7 años en mi empresa con un contrato indefinido de jornada completa, y con un sueldo neto de un treinta por ciento superior a lo que marca su categoría profesional, me diga en pleno agosto que mañana no viene a trabajar porque le han llamado del sector sanitario para hacer no sé qué trabajo de dos meses, que por supuesto es mucho más digno que el suyo de camarero…

Estoy cansada de que me lleguen mensajes angustiosos de compañeros del sector preguntando si conozco a alguien con experiencia, o alguien sin más para trabajar, porque o no encuentran personal, o los equipos que han mantenido con mucho esfuerzo y sufrimiento durante todo el invierno, se le han marchado al restaurante de al lado que les pagan 200€ más al mes.

Estoy cansada de la cantinela del empresario explotador y el asalariado sin derechos.

Y de lo cansada que estoy, casi ni me he dado cuenta de lo mucho que está lloviendo este verano, porque este si es el tema recurrente e importante del que hay que hablar mucho…