Dar para recibir

Vengo diciendo como dogma de fe, que este sector nuestro solo va a avanzar cuando tengamos gestores y equipos formados, y cuando sepamos comunicar de manera correcta lo que hacemos. Pero ya ni siquiera eso es suficiente.
Ahora además es fundamental entender y conocer quiénes son nuestros clientes, qué quieren, qué les preocupa, qué les emociona, cuáles son sus gustos y preferencias, qué les hace elegir un determinado producto, o decidirse por un destino.

La Generación Millennials es la que manda, la Generación Z que les sigue ya está marcando tendencias, y mientras a nosotros apenas nos había dado tiempo a entender la importancia de la comunicación digital, ni a manejar las nuevas herramientas tecnológicas, ni a formar a nuestros equipos, pues ahora resulta que viene la más gorda, y es muy importante micro segmentar nuestro mercado y nuestra clientela no por franjas de edades, o por condición socioeconómica, cultural o geográfica, como hasta ahora, sino agruparlos por sus valores morales, de compromiso social, o por su preocupación por la sostenibilidad del planeta por ejemplo. Estamos hablando de generaciones hiperconectadas, para las que el dinero y el éxito profesional no es lo más importante. Son nuevos perfiles de consumidores que practican economías colaborativas, que les importa más lo emocional, y que entienden por ejemplo que viajar compartiendo coche a través de la plataforma blablacar, alojarse en algún establecimiento asociado a Airbnb, compartir parking o el taladro que tenemos en casa y que utilizamos solo una vez al año, es mucho más práctico, económico, enriquecedor, divertido, ético, sostenible y lógico.

Los empresarios deberíamos seguir esa misma tendencia imparable de economías compartidas, y no sentirnos amenazados por la irrupción de estas plataformas, ni de las nuevas tendencias de consumo, todo lo contrario, son una fuente inmensa de riqueza y sobre todo de información, y la información y los datos es el dinero del futuro.
Tenemos que inventar entre todos un producto turístico&gastronómico que interese, emocione y enganche a esa nueva generación de consumidor (nuevos no por edad, sino en gustos y preferencias).

Tenemos que hacer de Cantabria un destino diferente, fresco, dinámico, alternativo, y diseñar un traje a medida para esos consumidores que valoran otras cosas.

Y tenemos que hacerlo nosotros, entre todos (restaurantes, transportistas, hoteles, comercios, productores, profesionales…), compartiendo lo mejor de cada uno, asociándonos, beneficiándonos del conocimiento de los demás, y aportando el nuestro.

Ahora más que nunca tenemos que salir, ver, escuchar, formarnos, informarnos, entender que está pasando, y sobre todo tenemos que COMPARTIR y COLABORAR.

No podemos seguir esperando a que Papá Estado nos dé las soluciones. Una nueva era está en marcha ya, lo entendamos o no, nos guste o no, y va a avanzar con nosotros o sin nosotros, así que más nos vale espabilar…