Lanzarote
Es una de las islas más originales que he conocido. Un paisaje único. Pura naturaleza de duros colores y abruptas formas.
Inmediatamente después de encontrarnos con este paisaje tan peculiar hay que nombrar a Cesar Manrique, porque su influencia y su obra están sembradas y latentes en toda la isla.
Cesar Manrique genio, arquitecto, pintor y escultor, transformó Lanzarote y trató de mantenerla en su estado puro por encima de todo (anticipándose como un auténtico visionario a los tiempos del boom inmobiliario) para que los que después la hemos visitado apreciemos su verdadera personalidad.

Lanzarote es César Manrique
Nadie debería perderse visitar sus obras más importantes; el Jardín de Cactus, los Jameos del Agua, el Mirador del Río, la Cueva de los Verdes y, por supuesto, la fundación César Manrique, su espectacular casa, transformada después de su muerte en centro de cultura y exposición de su vida y su obra. Un secretito: en la tienda de la casa-museo, hay una colección de bisutería y joyas de jóvenes diseñadores, que es de quitar el hipo y a precios estupendos (yo no pude resistirme y salí de allí cargada).
Timanfaya el gran parque natural, aunque suele estar un poco saturado de turistas, es visita obligada.
La Geria, un valle en el interior de la isla donde se aglutinan los cultivos tan peculiares en forma de “hoyo” para proteger a las plantas del viento y de las adversidades climatológicas. Hay varias bodegas de vino con D.O. Lanzarote en esta zona. Una de las más conocidas es el grifo, pero mi vino preferido es el malvasía Bermejo.
Teguise para mí es el pueblo más bonito, más agradable y más recomendable de la isla. Ir de tapas sin prisa por sus bares (Acatife, el chiringuito, el patio de la creperie, etc…) es un placer. Destacaré entre todos “La Cantina” un sitio con música en directo y con un encanto especial. Los domingos, día de mercadillo es cuando esta localidad está en su pleno apogeo.

En Costa Teguise, aunque es más turístico podéis encontrar dos excepciones; os recomiendo “la picada de Kerman” y “la txapela”, tapas y medias raciones buenísimas.
Y si abordamos ya la gastronomía con mayúsculas y más típica, el mejor sitio está en Arrieta, el restaurante “El Amanecer”. Mi preferido de toda la isla sin duda alguna. Preparan los pescados frescos del día de manera magistral (El cherne, el abae, la sama o el bocinegro son algunos de los pescados de la zona)). Es un sitio bastante sencillo y modesto, pero no debéis perdéroslo por nada del mundo cuando vayáis a Lanzarote. Suele estar abarrotado y conviene ir pronto para coger mesa al ser posible en la espectacular terraza en primerísima línea de mar.

Un sitio interesante para tomar una copita es “La Cueva de Lagomar”. La que fuera en su día residencia del actor Omar Sharif, se sitúa en una antigua cantera de roca volcánica en el pueblo de Nazaret y en la actualidad alberga uno de los bares más emblemáticos y singulares de la isla.
En cuanto al alojamiento solo voy a nombrar este porque me parece especial y muy a tener en cuenta por ser diferente o alternativo a los típicos hoteles. Es “Finca de Arrieta” en el entorno rural de punta mujeres. Son villas, un pequeño complejo de casitas ecológicas. Un lugar para quedarse enganchado. Me encanta este sitio sobre todo para ir con niños. Echad un vistazo a su web seguro que os convence.www.lanzaroteretreats.com
Las playas menos masificadas y mis preferidas son: Playa Papagayo y Playa del Pozo en el Parque Natural de los Ajaches. En medio de las dos playas, en lo alto del acantilado, hay dos chiringuitos a cual más encantador y agradable.
Me quedo con tres imágenes de mi viaje a Lanzarote:
- La sobrecogedora y dramática vista del jardín de lava desde un ventanal de la casa-fundación de César Manrique.
- El pueblo de Teguise en domingo, que hay mercadillo.
- Un pescado en la terraza del Restaurante Amanecer.
Sólo por esto, merece la pena volver… Y aunque seguro que la isla esconde muchos más rincones maravillosos, estos siempre serán los míos.

